El fin de una implementación es el principio de un proceso de adopción, un producto implementado por sí solo no devuelve la inversión, es una combinación entre el uso, la constante actualización lo que garantiza sacarle todo el jugo al producto implementado.
El cliente tiene una variable importante en el proceso de administración y mantenimiento del producto: las personas; los administradores del área de IT siempre estarán sujetos a la rotación y con ello el riesgo de que el conocimiento de la implementación se vaya con ellos, ese es uno de los momentos en que cobra todo el sentido del mundo contar con el respaldo de un partner que esté estructurado con un equipo dedicado al soporte del producto.
Para que un servicio de soporte sea excelente es necesario hablar de la preparación y certificación de los equipos a cargo, un servicio que no se dedica a apagar fuegos si no a ir un paso adelante, buscando la sostenibilidad del producto a través de la actualización alineada con el fabricante, de ser un traductor entre las necesidades cambiantes del cliente y lo que técnicamente el producto puede ofrecer para solucionar, los sistemas son entes vivos que requieren acompañamiento desde sus primeros pasos hasta su momento de madurez, cuando ya están listo para expandirse y complementarse con otras soluciones.
En mi experiencia, es fascinante el mundo del soporte porque es un aprendizaje continuo, es vivir del lado del cliente tanto sus momentos de gloria como sus momentos más desafiantes, es construir relaciones a largo plazo, es construir confianza para ser mancuerna y conseguir los retos que nos son asignados, no hay un solo momento de aburrimiento, es un constante estar sorprendida de lo que la tecnología es capaz de hacer en conjunto con las personas que saben bien lo que quieren conseguir.