El éxito de las organizaciones se establece en la adaptación que puedan generar ante los cambios externos e internos que se generen día con día. Las empresas deben de considerar enfrentar al cambio de forma reactiva o proactiva, siempre manteniendo un comportamiento consciente de las necesidades y requerimientos del medio.
El ingreso de cambios en la organización debido a la introducción de ideas innovadoras, adopción de “Buenas Prácticas”, desarrollo de conocimiento y creatividad deben de tratarse como elementos integrados, más que propuestas individuales.
Estos cambios deben de trasladarse al ADN de la empresa, convirtiéndose en un “factor de cambio” sostenible que apoye y beneficie a la estrategia organizacional para el logro de sus objetivos por medio del desarrollo de procesos eficientes y congruentes, lo cual genera los siguientes planteamientos:
- La gestión del cambio en un proyecto es un factor determinante para el éxito del mismo.
- La estructura de un modelo de gestión del cambio integral debe atender tanto una perspectiva motivacional/emocional, como aspectos cognitivos/racionales alineados a la estrategia organizacional para sustentar una mayor eficacia en su gestión.